UNA GRAN OBRA

UNA GRAN OBRA
Vista aérea del Valle de los Caídos

domingo, 8 de abril de 2012

LA ESPAÑOLA BANDA DE LOS CUATRO.

Comúnmente se conoce como la “banda de los cuatro  a un grupo de dirigentes del Partido Comunista Chino  liderado por la esposa del entonces presidente del partido, MAO ZEDONG (o Mao Tse-Tung) que fallecería en septiembre de 1976.

Como se ha dicho, el referido grupo lo lideró la cuarta esposa de MAO, JIANG QING (Chiang Ghing) y con ella sus colaboradores más directos: ZHANG CHUNQIAO (Chang Chun Chao), oficial de propaganda de Shanghái, YAO WENYUAN, crítico literario, y WANG HONGWEN (Wang Jung-wen). Dicho grupo se constituyó diez años antes, en 1966 en el que se establece el nacimiento de la Revolución Cultural Proletaria.

En esencia, el grupo trataba de encauzar al Partido y a la propia República por las sendas del maoísmo, ante la deriva revisionista que se observaba. En teoría trataban de mantenerse fieles, leales,  al líder del Partido Comunista Chino y a su obra.

Tras la muerte de MAO, no sólo fueron expulsados del Partido, sino que fueron arrestados y acusados y declarados culpables de cuantas tropelías, fechorías y excesos se pudieran haber cometido  durante la Revolución Cultural. Fueron sometidos a juicio público en 1981 acusados, curiosamente, de actividades contra el propio Partido Comunista Chino. Se les impusieron distintas condenas, aunque finalmente quedarían en libertad.

Aunque algunos autores refieren que MAO, en su último año de vida, mostró sus reticencias hacia el grupo, lo cierto es que en la actitud de dichos dirigentes se aprecia una lealtad prácticamente inquebrantable hacia el líder cuyo final se iba aproximando.

En España, los últimos años del Régimen surgido del Glorioso Alzamiento del 18 de julio de 1936, se caracterizaron, entre otros aspectos, por la necesidad de asegurar la continuidad del mismo a la muerte del entonces Jefe del Estado, el  Generalísimo FRANCO.

También en España hubo una “banda de los cuatro” cuya desintegración física se ha ido demorando en el tiempo, aunque su desintegración moral  se remonta a sus propios inicios.

La “española banda de los cuatro” estaba constituida por JUAN CARLOS I, actual monarca; ADOLOFO SUÁREZ GONZÁLEZ, MANUEL FRAGA y RODOLFO MARTÍN VILLA. IRIBARNE, recientemente fallecido.

Repasemos, brevemente, las actuaciones de cada uno de ellos.

a)  Juan Carlos I.

El Boletín Oficial del Estado, número 175, de 23 de julio de 1969, insertaba en sus páginas 11.607 y 11.608 el texto de la Ley 62/69, de 22 de julio. por la que se proveía lo concerniente a la sucesión en la Jefatura del Estado, al amparo de lo dispuesto  la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, de 26 de julio de 1947.

En el artículo primero de la referida Ley 62/69 se establecía:

Al producirse la vacante en la Jefatura del Estado, se instaurará la Corona en la persona del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que la transmitirá según el orden regular de sucesión establecido en el artículo once de la Ley Fundamental de veintiséis de julio de mil novecientos cuarenta y siete, modificado por la Ley Orgánica del Estado de diez de enero de mil novecientos sesenta y siete.

El 22 de julio de 1969, en sesión de tarde, las Cortes Españolas aprobaba por una aplastante mayoría la proclamación de JUAN CARLOS como príncipe de España y sucesor, a título de rey, en la Jefatura del Estado. La votación nominal arrojó un 94,6 por ciento de los votos emitidos favorable a la proclamación; o sea, 491 votos afirmativos. Hubo un 3,7 por ciento de votos negativos (19 votos) y un 1,7 por ciento de abstenciones (9 abstenciones).

El entonces Jefe del Estado, FRANCISCO FRANCO, dirigió a las Cortes un discurso encaminado fundamentalmente a convencer a los Procuradores de la necesidad y bondad de la Ley que habría de aprobarse.

A la mañana siguiente, 23 de julio, el mismo día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, se verificaba en el palacio de la Zarzuela el acto por el que se notificaba a JUAN CARLOS el acuerdo adoptado el día anterior por las Cortes Españolas, en cuya virtud quedaba proclamado como príncipe de España y sucesor a título de rey.

Sobre las 11 horas, aparecía JUAN CARLOS luciendo uniforme de verano de teniente de navío, con el toisón de oro y la gran cruz de Carlos III. A renglón seguido aparecía SOFÍA con el príncipe FELIPE de la mano, así como ELENA y CRISTINA. Había que cumplir con las debidas formalidades, con el debido protocolo.

JUAN CARLOS aceptó el acuerdo adoptado por las Cortes mediante un SI pronunciando a continuación un breve discurso.

A las 11:18 horas de ese mismo día 23 de julio de 1969, tras la lectura del acta, JUAN CARLOS firmó los cuatro ejemplares de la misma que le presentó ANTONIO MARÍA DE ORIOL, en su calidad de Notario Mayor del Reino.

A renglón seguido, FRANCO y JUAN CARLOS acudían a las Cortes. En el hemiciclo entraba FRANCO seguido de JUAN CARLOS. El presidente de las Cortes estaba situado a la derecha de FRANCO; a la izquierda, JUAN CARLOS. A las 19 horas, el primer secretario de las Cortes, TOMAS ROMOJARO SÁNCHEZ daba lectura del acta levantada por la mañana en el palacio de la Zarzuela.

Tras la lectura del acta, FRANCO anunció que se iba a proceder a tomar juramento a JUAN CARLOS pasando éste, entonces, a situarse a la derecha de aquél. Se arrodilló sobre un cojín de terciopelo granate, colocado sobre una tarima de madera. Sobre la mesa, el mismo libro de los Santos Evangelios en el que prestaron juramento la reina MARÍA CRISTINA, como regente, y ALFONSO XIII, bisabuela y abuelo, respectivamente, de JUAN CARLOS.

El presidente de las Cortes y del Consejo del Reino se ciñó estrictamente a la fórmula contenida en el artículo 2. III de la Ley 62/69, de 22 de julio; preguntó a JUAN CARLOS:

En nombre de Dios y sobre los Santos Evangelios, ¿juráis lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás leyes Fundamentales del Reino?

Sí, juro lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino.

Concluyendo ITURMENDI BAÑALES:

Si así lo hiciereis que Dios os lo premie, y si no, os lo demande.

Tras el juramento, el ya príncipe de España y sucesor, a título de rey, en la Jefatura del Estado, dirigió a las Cortes un discurso del que se extrae lo siguiente:

Mi General, señores ministros, señores procuradores:

Plenamente consciente de la responsabilidad que asumo, acabo de jurar, como sucesor a título de rey, lealtad a su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino.

Quiero expresar, en primer lugar, que recibo de su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936, en medio de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, tristes, pero necesarios, para que nuestra Patria encauzase de nuevo su destino.

Pertenezco por línea directa a la Casa Real española y, en mi familia, por designios de la Providencia, se han unido las dos ramas. Confío en ser digno continuador de quienes me precedieron.
A las Cortes Españolas, representación de nuestro pueblo y herederas del mejor espíritu de participación popular en el Gobierno, les expreso mi gratitud. El juramento solemne ante vosotros de cumplir fielmente con mis deberes constitucionales, es cuanto puedo hacer en esta hora de la historia de España.

Mi General: desde que comencé mi aprendizaje de servicio a la Patria me he comprometido a hacer del cumplimiento del deber una exigencia imperativa de conciencia. A pesar de los grandes sacrificios que esta tarea pueda proporcionarme, estoy seguro que “mi pulso no temblará” para hacer cuanto fuere preciso en defensa de los Principios y Leyes que acabo de jurar.

En esta hora pido a Dios su ayuda, y no dudo que Él nos la concederá si, como estoy seguro, con nuestra conducta y nuestro trabajo nos hacemos merecedores de ella.

Bla, bla, bla…


Dos imágenes del acto del 23 de julio de 1969

El origen del desecho de la Nación española, de España, hay que situarlo, cronológicamente, en el triste verano de 1969, hace ya 43 años; en concreto en los hechos acaecidos entre los días 22 y 23 de julio de aquel año.

Algunos autores señalan que JUAN CARLOS se vio presionado a la hora de realizar aquel juramento. Posiblemente fuera así. Lo que sucede es que un católico ya sabe, desde temprana edad, desde que comienza a leer el Catecismo de la Iglesia Católica, que el Segundo Mandamiento ordena: “No tomarás el nombre de Dios en vano”. Es la fiel transcripción del texto contenido en las Antiguas Escrituras: “No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios” (Ex 20, 7; Dt 5, 11); también MATEO recoge alguna referencia: “Se dijo a los antepasados: “No perjurarás”... Pues yo os digo que no juréis en modo alguno” (Mt 5, 33-34).

Admitiendo que el juramento lo hiciera contra su propia conciencia, bien pudo en el discurso subsiguiente omitir cualquier referencia a lealtades y legitimidades. Pero la realidad es tozuda.

FRANCO con Juan Carlos durante un acto


Meses más tarde, en concreto, el 10 de febrero de 1970, el entonces príncipe, clausuraba en el Instituto de Estudios Políticos, el Consejo General de la Guardia de Franco. La sede de dicho Instituto se ubicaba en la planta superior del edificio sede del Consejo Nacional, actual Senado.

El discurso del príncipe en el acto de clausura fue el siguiente:

Es para mí una satisfacción estar ante vosotros. …

Vosotros estáis integrados en una Organización que, de acuerdo con el artículo 8º de los Estatutos del Movimiento, hace de vuestras tareas un servicio activo a los Principios del Movimiento y las Leyes Fundamentales del Reino. Habéis jurado servir a España; YO, TAMBIÉN; habéis jurado fidelidad a los Principios Fundamentales del Movimiento; YO, TAMBIÉN; habéis jurado lealtad a Franco y a lo que Franco significa; YO, TAMBIÉN; queréis para España el esfuerzo continuado que le asegure su grandeza y su lealtad; YO TAMBIÉN quiero lo mismo. Por eso comprenderéis mi satisfacción al encontrarme ante vosotros y presidir este acto. ¡Viva España!

Juan Carlos saluda a FRANCO durante un acto castrense en presencia de otros militares

Uno ha de plantearse, necesariamente, desde sus creencias, algunas cuestiones:

¿Qué necesidad tenía de reincidir en un juramento contrario a su conciencia?
¿Cómo se denomina la acción en cuya virtud se presta un juramento a sabiendas de que no se va a respetar?.

Un católico, ¿puede llamar perjuro a JUAN CARLOS? ¿Cómo denomina un católico tan ejemplar actitud?. Desde luego, un católico puede y debe denunciar un juramento en falso. La Real Academia Española de la Lengua define de la siguiente manera el término perjurio: “perjurio: del latín periurium. 1. Juramento en falso. 2. Quebrantamiento de la fe jurada

Otros autores refieren que JUAN CARLOS no podía respetar aquel juramento. Se atribuye al famoso general cartaginés, AMILCAR BARCA, la célebre frase de “querer es poder”; toda una sentencia. Si nos atenemos a la misma, ¿no podía o no quería respetar?. En cualquier caso, conociendo que el juramento prestado iba a ser de imposible cumplimiento en el futuro, sólo cabía una alternativa coherente: no haberlo realizado.

¿Sancionar leyes como las de matrimonios gays o la del aborto libre, encaja con la actitud beligerante que debe mantener ante las mismas un católico?

43 años desde que JUAN CARLOS prestara aquel juramento; ni siquiera se ha respetado la figura del fundador de la Academia Militar de Zaragoza, y es que, con independencia de cualquier ideología, el fundador pudo haber sido cualquier otro militar, pero el honor recae sobre un militar concreto al que ni siquiera en dicha condición se respeta. El fundador, se quiera o no; por mucho que se pretenda manipular y falsear la historia, tiene un nombre: FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE

Un monarca, que se autoproclama católico, que afirma “ir a Misa cuando le da la real gana” tuvo la osadía de acudir ante el Apóstol Santiago el 25 de julio de 2010 para pedir que “iluminara” a los políticos y “sacara a los españoles de la crisis”. Cualquier católico que piense y sienta como tal debe sentirse frustrado, asqueado por ver consumada ante el Apóstol Santiago la escenificación de la impostura con el asentimiento y consentimiento de la propia Iglesia. ¡Qué lástima! No es de extrañar que los católicos abandonen unas estructuras aliadas con no se sabe qué poderes.

El estado de desecho ha acabado impregnando a todas las estructuras, incluso la que se creía menos proclive a ser contagiada, como es la Iglesia Católica.

Aquellos polvos que cayeron sobre la fértil España acabaron por enfangarla degenerando en un auténtico lodazal. Sólo faltó, con posterioridad, la ayuda imprescindible del innombrable cooperador necesario de un pueblo de Ávila.




b) Adolfo Suárez González.


Tras la muerte del Jefe del Estado, el Generalísimo FRANCO, acaecida el 20 de noviembre de 1975 y ascenso a la Jefatura del Estado de JUAN CARLOS I, ocupó la Presidencia del Gobierno CARLOS ARIAS NAVARRO, designado para tal cargo en enero de 1974, permaneciendo en el mismo desde el 3 de enero de dicho año hasta el 1 de julio de 1976.

En julio de 1976 fue designado por el monarca como presidente del gobierno ADOLFO SUAREZ GONZALEZ, permaneciendo en el cargo desde el 3 de julio de 1976 hasta el 29 de julio de 1981.

Desde luego, un auténtico “quinquenio negro” en la historia de España.

Este personaje ocupó, desde el 12 de diciembre de 1975 hasta el 6 de julio de 1976 el cargo de Ministro Secretario General del Movimiento. Previamente, desde el 14 de mayo de 1969 hasta el 25 de junio de 1973, ocupó la Dirección General de Radiotelevisión Española (RTVE); la única televisión existente entonces en España.

Adolfo Suárez jura su cargo (¿Dirección General de RTVE?) en presencia de HERRERO TEJEDOR y FRANCO.

Para hacerse una idea, la Secretaría General del Movimiento equivalía a la Secretaría General del Partido que entonces sustentaba ideológicamente al Estado español. Quien ocupaba el cargo de Secretario General participaba en el Consejo de Ministros como Ministro Secretario General del Movimiento. El Jefe del Estado era, a su vez, Jefe Nacional del Movimiento.

Se supone, por tanto, que la designación para tal cargo debiera recaer en una persona identificada ideológicamente con el Movimiento.

Su mandato se caracterizó por la aprobación y promulgación de una constitución que vino a dinamitar la estructura del Estado, con la aparición de un sistema de autonomías cuyas competencias son más propias de una confederación de estados que de un estado unitario, ya inexistente.

Se legisló contra la familia, contra los trabajadores (Estatuto contra los trabajadores). Con dicho personaje al frente del gobierno se alcanzó uno de los más altos niveles de desempleo; la inflación alcanzó cotas inimaginables. Cedió a la presión de los sindicatos, otorgando a los mismos una representatividad jamás contrastada con la realidad, favoreciendo a los mismos, de manera ilegal, ilegítima y fraudulenta mediante la adjudicación del patrimonio sindical, exclusivo de quienes cotizaron. Con este personaje se elevó la presión fiscal sobre familias y trabajadores.

Dinamitó desde dentro el propio Movimiento Nacional y el Estado favoreciendo los intereses espurios de los partidos políticos.

Con esa democracia tan participativa que ideó quien luciera la camisa azul bordada en rojo, nació el “trinque”, la corrupción, el despilfarro; claro, el concepto de participación refiere precisamente la posibilidad de participar de tales actividades de las que se excluye a la inmensa mayoría de los españoles, en beneficio exclusivo de una casta privilegiada de políticos, sindicalistas y otros personajes abyectos. Hoy, precisamente, estamos pagando las consecuencias de todos esos desmanes. Gracias, entre otros personajes, a Adolfo Suárez González.


c) Manuel Fraga Iribarne.

Ya fallecido recientemente (15 de enero del presente año); con él se inicia la desintegración fáctica de la “española banda de los cuatro”.

Nació en noviembre de 1922. Su carrera profesional se desarrollo prácticamente en su totalidad en el ámbito de la Administración.

En 1951, con 28 años, fue designado secretario general del extinto Instituto de Cultura Hispánica que, como su propio nombre indica, tenía como finalidad el fomento de las relaciones entre España y Latinoamérica.

En 1953, fue nombrado secretario del Consejo de Educación por el entonces ministro de Educación Nacional, JOAQUÍN RUIZ-GIMÉNEZ.

En 1955 fue designado secretario general técnico de dicho Ministerio

En 1956, con 33 años, fue nombrado director del Instituto de Estudios Políticos.

En 1957 fue nombrado delegado nacional de Asociaciones, delegación de reciente creación entonces, dependiente de la Secretaría General del Movimiento. Aquí ya se exigía la camisa azul gentil y postinera.

Fraga jurando un cargo (posiblemente delegado nacional de Asociaciones) en presencia de FRANCO


Entre julio de 1962 y octubre de 1969 ocupó el cargo de Ministro de Información y Turismo.

Fraga detrás de FRANCO durante un acto

Entre 1973 y 1975 ocupó el cargo de Embajador de España en el Reino Unido.

Fraga saluda a FRANCO durante un acto de presentación de credenciales de embajadores

En diciembre de 1975 fue nombrado Ministro de Gobernación y Vicepresidente Segundo del Gobierno, en el primer gobierno de ARIAS NAVARRO, tras el fallecimiento del anterior Jefe del Estado y con el monarca ocupando ya la Jefatura del Estado. En julio de 1976, con la designación de ADOLFO SUÁREZ como presidente de Gobierno, cesó en sus cargos.

Fraga durante un acto nacionalsindicalista. ¡Cara al sol con la camisa nueva...!

Para no perder de vista lo público, fue diputado a Cortes durante los años 1977 a 1987.

Desde febrero de 1990 hasta agosto de 2005, ocupó la presidencia de la Junta de Galicia, tras imponer su candidatura en el PP, en detrimento de quien fuera presidente de la Junta, GERARDO FERNÁNDEZ ALBOR.

Desde febrero de 2006 hasta diciembre de 2011 fue Senador.

Fue uno de los ponentes encargados de la redacción de la intragable constitución española, colaborando en la redacción de un texto que ha significado la destrucción fáctica y jurídica del Estado español, la instauración de una partitocracia que en nada tiene que envidiar a los regímenes de partido único, consagrando un sistema de división de poderes inadmisible en una democracia, precisamente por inexistente tal división en la práctica.

Su destitución como ministro de Asuntos Exteriores, según fuentes consultadas, tuvo su origen en el denominado caso Matesa, que implicaba a algunos ministros de los considerados tecnócratas del Régimen, encabezados por el Vicepresidente CARRERO BLANCO. Desde su puesto al frente del Ministerio parece ser que se encargó de dar cierta difusión del caso; FRANCOdestituyó a aquellos y, por supuesto, a FRAGA.


d) Rodolfo Martín Villa.


Como en el caso de los dos personajes anteriores, su pasado político revela un color plenamente azul.


Nació en 1934. Ingresó por oposición en el Cuerpo de Ingenieros Industriales, dependiente del Ministerio de Hacienda.

Su vida política se desarrolló prácticamente en el Sindicato Vertical.

Entre 1962 y 1964 fue designado Jefe Nacional del Sindicato Español Universtario.

En 1965 presidió el Sindicato Nacional del Papel, Prensa y Artes Gráficas asumiendo a renglón seguido la Jefatura de la Delegación provincial de la Organización Sindical en Barcelona.

En 1966 ingresó como procurador en las Cortes, y desde ese mismo año hasta 1969 dirigió el Sindicato de la Industria Textil del Ministerio de Industria.

Entre 1969 y 1973 ocupó la secretaría general de la Organización Sindical entre 1969 y 1973.

En 1974 fue nombrado gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en Barcelona.

En 1975 fue designado ministro de Relaciones Sindicales en el primer gobierno formado tras la muerte de FRANCO, presidido por ARIAS NAVARRO, caracterizándose su actuación por el compadreo y pasteleo con los sindicatos.

Rodolfo Martín Villa durante un acto nacionalsindicalista

En julio de 1976 formó parte del primer gobierno de ADOLFO SUÁREZ en la cartera de Gobernación, desempeñando uno de los papeles más importantes de la transición desde dicho cargo.

En 1977 fue designado Senador real, siendo confirmado en el cargo anterior, aunque bajo la denominación de ministro del Interior, cesando en el cargo en abril de 1979,

En 1980 fue designado ministro de Estado para la Administración Territorial en el último gobierno de ADOLFO SUÁREZ, siendo confirmado en el cargo en el primer gobierno de LEOPOLDO CALVO SOTELO, ya con rango de vicepresidente.

Más tarde ocuparía la vicepresidencia para Asuntos Políticos, cesando en julio de 1982.

Ha sido procurador en Cortes y diputado.

En 1997, con el primer gobierno de AZNAR, fue nombrado presidente de la Empresa ENDESA.

Fue presidente de varias empresas, entre ellas, en 2004, de Sogecable, en cuya presidencia permaneció hasta el mes de octubre de 2010. El Grupo Sogecable se ha caracterizado por su orientación ideológica próxima a la izquierda, en concreto, al PSOE.

Esta pequeña reseña de cada uno de los personajes permite extraer las siguientes conclusiones:

1ª.- Prácticamente la vida profesional se ha desarrollado en la esfera pública.

2ª,. Todos ellos juraron lealtad al anterior Jefe del Estado y fidelidad a los Principios Fundamentales del Movimiento.

3ª.- Todos ellos traicionaron dicho juramento.

4ª.- Para mantenerse en sus situaciones de privilegio han ido campeando el temporal en un claro ejemplo de “arrimarse al sol que más calienta

Al contrario de lo sucedido con la otra “banda de los cuatro” de la República Popular China, que enarbolaron la bandera de la lealtad al líder, en el caso español, el líder que los promovió fue objeto de clara traición.

Fallecido FRAGA, no creo que vaya al Cielo. ¿Con qué cara podría mirar a FRANCO?.

Por último, hablando de juramentos y fidelidades, muchos españoles juramos allá por la década de los 70 la Bandera tan denostada y perseguida actualmente. Sí, esa Bandera que llaman “la del Águila” y que, según los iletrados, es anticonstitucional. Pues bien, muchos de esos españoles, católicos, no vamos a caer en el perjurio y si la Bandera es anticonstitucional, nosotros mismos somos anticonstitucionales. ¿Nos eliminarán para borrar todo vestigio de la memez histórica? ¡Qué diferentes maneras de entender un juramento!.

La Bandera de España durante el período 1945-1977

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