La presentación, el pasado día
11 de abril en el Centro Cultural de los Ejércitos, en Gran Vía 13, en Madrid,
del libro “El Manifiesto de los Cien”, cuyo autor es el Coronel ROGELIO GONZÁLEZ ANDRADAS, permite que
el propio documento y los hechos que se sucedieron cobren plena actualidad.
Precisamente, el autor fue uno
de los Capitanes firmantes del referido “Manifiesto
de los Cien”.
En efecto, el 5 de diciembre de 1981, la Agencia Europa
Press difundía un comunicado firmado por 100 Oficiales y Suboficiales del
Ejército de Tierra.
El texto del comunicado era el siguiente:
“A la opinión pública en general y
a los responsables de los medios de comunicación sociall en particular.- Como cuadros de mando de las Fuerzas
Armadas, conscientes y responsables de nuestra misión, claramente recogida en
el artículo 8.° de la Constitución, fieles al juramento solemne a nuestra
Patria y leales al pueblo del cual formamos parte inseparable y entre el cual
ejercemos cotidianamente nuestra profesión, a la que —no se olvide nunca—
accedimos de forma totalmente vocacional, hemos constatado durante los últimos
años y con mayor proliferación en los últimos meses, numerosas actitudes e
informaciones públicas que por su trascendencia y por referirse a las Fuerzas
Armadas o sus componentes, nos hacen salir de nuestro habitual silencio.
Dichas actividades e informaciones podríamos sintetizarlas: ‘
1) Artículos, comentarlos y reportajes sobre nuestros Ejércitos y Fuerzas
de Seguridad que, muchas veces por desconocimiento y otras por indudable mala
fe, incurren en errores de bulto, enfoques distorsionados o afirmaciones sin
base alguna, que deforman en definitiva —por frivolidad o intencionadamente— la
imagen que los españoles tienen de sus Fuerzas Armadas, su situación actual y
sus aspiraciones.
2) Opiniones sobre las Fuerzas Armadas y su actuación en la Historia de
nuestra Patria y en concreto sobre los hechos de armas más cercanos, dentro y
fuera de nuestras fronteras, en las que se vierten juicios peyorativos de valor
con óptica parcial y antimilitarista, buscando apoyo y justificación en
manipulaciones o suposiciones de la realidad acontecida.
3) Infravaloración, desprecios y ataques a los símbolos y valores
nacionales y castrenses, que sin caer en una relación detallada resumimos en:
los recibidos diariamente en nuestra bandera, expresión de la unidad patria, el
intento continuado de ensombrecer virtudes como el honor, el heroísmo o la
disciplina; la demolición de los monumentos a los que —dándonos un ejemplo
permanente— dieron hasta la última gota de su sangre por España—, la retirada
de los nombres de las calles de nuestros pueblos y ciudades de aquellos que,
vistiendo el uniforme militar, desempeñaron los puestos de mayor
responsabilidad en la historia reciente de la Patria, o la supresión de la más
preciada de nuestras condecoraciones del escudo de una provincia que supo
ganarla por su valor colectivo.
4) Comentarlos y noticias sobre las Fuerzas Armadas, su manera de actuar y
pensar en relación con la situación política actual, seguida de peticiones de
profesionalización, democratización o depuración de sus miembros, muestra de
una desconfianza absoluta hacia la milicia desde sectores partidistas que buscan
por cualquier método deshacer los Ejércitos de España pera reemplazarlos por
otros a su servicio.
5) Ataques, insultos, injurias y calumnias generalizados o directos contra
miembros de las Fuerzas Armadas, todos ellos de historial militar brillante e
intachable, sobre todo aquellos que por su jerarquía y edad fueron protagonistas de gloriosos hechos de armas, y
cuyo valor e integridad profesional no pueden ser puestos en duda por simples
conjeturas, sobre todo cuando algunos de ellos están pendientes de la sentencia
de un Consejo de guerra en cuyo resultando de hechos probados y en la
calificación jurídica de estos hechos se determinará la honorabilidad o no de
sus conductas.
6) Intentos de desprestigio de la Legión y Guardia Civil, publicando noticias
tremendistas sin las necesarias evidencias, distorsionando los hechos y
encizañando a la opinión pública, para
justificar a continuación su transformación o disolución con argumentos
parciales y falaces que únicamente persiguen privar a las Fuerzas Armadas de
dos de sus más tradicionales, eficaces y prestigiosos peones.
7) Politización partidista y antinacional de los grandes temas de Defensa
—como nuestro ingreso en la OTAN —o injerencia, también partidista, en temas
propios e internos de las Fuerzas Armadas como la creación del Arma Acorazada,
la política de ascensos y destinos, o la selección de los mandos superiores,
con criterios que nada tienen que ver con los puramente técnicos y
profesionales.
Ante estos hechos, afirmamos:
1) Nuestro juramento solemne a la bandera para defender el honor, la
independencia y la unidad de la Patria tiene carácter permanente
2) Asumimos con orgullo la Historia de España, y el homenaje a los que
dieron la vida en su defensa constituye pilar fundamental de nuestro ser
colectivo y personal.
3) Los símbolos nacionales y las virtudes castrenses son patrimonio de todo
un pueblo pretérito, presente y futuro, que nada ni nadie que se sienta español
puede ignorar o menospreciar.
4) Las Fuerzas Armadas para cumplir mejor su misión no tienen que ser
profesionalizadas, democratizadas o depuradas, sino simplemente ser
consideradas y respetadas como deben, y disponer de los medios materiales
necesarios para cumplir sus objetivos.
5) El poder político debe respetar la necesaria autonomía de los Ejércitos
en cuanto organización y funcionamiento interno para garantizar la inexistencia
de intereses partidistas en sus organismos y unidades.
6) Los insultos y ataques a nuestros compañeros los consideramos dirigidos
a la colectividad con las consecuencias que ello dé lugar, pues tenemos el
Código de Justicia Militar para corregir debidamente al que corneta alguna
falta, y nuestra fama y prestigio no
puede estar en boca de cualquiera
7) Cualquier información, reportaje, comentario o juicio de valor sobre la
Institución militar que pueda contribuir a su perfección y difusión, debe ser
expuesto con conocimiento de la realidad castrense, con profundo respeto al
ente militar y su misión, y total exclusión de espíritu destructivo en su planteamiento.
Estas puntualizaciones, aunque reflejo de un sentir general, las hacemos a
título personal y en virtud de lo expresado en el artículo 178 de las Reales
Ordenanzas de las Fuerzas Armadas.”
También difundía la relación de firmantes que suscribieron
el documento en cuestión:
1. Capitán Eugenio Martín-Peralta (Artillería).
2. Capitán Rogelio
González Andradas (Infantería).
3. Capitán Ricardo
Fernández de
Bobadilla y Álvarez de Espejo (Infantería).
4. Capitán
José Lorenzo Esperante (Artillería).
5. Capitán César Goas Escribano (Infantería).
6. Capitán Pedro Arribas Olavarrieta (Infantería).
7. Brigada Roberto Latorre Ibarrola (Artillería).
8. Sargento Antonio Martín Solís (Artillería).
9. Sargento José Martín García (Artillería).
10. Brigada Esteban Piñedo Blanco (Infantería).
11. Sargento Primero
José Andrés Díaz Cullar (Infantería).
12. Sargento Ángel Moreno Ramos (Infantería).
13. Brigada Francisco Amador García Rodríguez (Infantería).
14. Teniente Guillermo
Tevar Sanz (Infantería).
15. Sargento Primero
José Luis Tránchez Guardia (Infantería).
16. Capitán Tomás Rivera Moreno (Artillería).
17. Sargento Alfonso Manzano Mota (Artillería).
18. Sargento Juan Francisco Serrano Nieto (Artillería).
19. Sargento
Primero Francisco Velasco Sánchez (Artillería).
20. Capitán Enrique Gregorio Sanricardo (Infantería).
21. Brigada Emilio Gil García (Infantería).
22. Teniente Vicente Garbí Girón (Artillería).
23. Brigada Fernando Pozo Barbosa (Artillería).
24. Capitán César Ramón Colis Herce (Infantería).
25. Sargento Pedro María Sánchez Ledo (Artillería).
26. Sargento Antonio Dios Ruiz (Artillería).
27. Brigada José Luis Paco Pascua (Caballería).
28. Teniente Fernando Jesús Fernández Baizán (Infantería).
29. Sargento
Primero José Manuel Criado Fernández (Artillería).
30. Teniente Fernando Arsuaga García (Artillería).
31. Capitán José Hierro Areitio (Infantería).
32. Teniente Fernando José López del Pozo (Infantería).
33. Brigada Francisco Javier Redondo Rodríguez (Artillería).
34. Teniente Ramón Prats Ardila ((Artillería).
35. Teniente Luis Julián García Moreno-Morán (Infantería).
36. Sargento Serafín Soto Fuentes (Artillería).
37. Capitán Luis María Del Vigo Vega (Infantería).
38. Sargento Santos Ariza Almagro (Artillería).
39. Teniente Ángel Lucas Babíano (Artillería).
40. Teniente Jaime Fortuny Ruíz de Elvira (Artillería).
41. Capitán Francisco Mato Cruz (Infantería).
42. Teniente Enrique José Porras Puga (Artillería).
43. Capitán Juan
Cañadas
Lorenzo (Artillería).
44. Capitán Ignacio
Gasca Quintín
(Infantería).
45. Sargento
José Reifs Walls (Artillería).
46. Sargento Antonio Manuel Pereiro Castro (Artillería).
47. Teniente Francisco Aranda Vizcaíno (Infantería).
48. Sargento Gonzalo De Torres Pérez (Artillería).
49. Capitán Alfonso Fernández de Córdoba y Ruiz de Ocejo (Infantería).
50. Teniente Mariano Luis Tomé Delgado (Artillería).
51. Sargento Joaquín Rafael Córdoba Martín (Automovilismo).
52. Capitán José Ignacio San Martín Naya (Infantería).
53. Sargento Faustino Pastor Sánchez (Artillería).
54. Sargento Miguel Alfonso Palazón Peñaranda (Artillería).
55. Sargento Francisco Farfán Soto (Ingenieros).
56. Capitán Ignacio De Madariaga Fernández-Figares (Infantería).
57. Teniente Arturo García-Vaquero Pradal (Artillería).
58. Brigada José María Pérez Orgaz (Artillería).
59. Sargento José Alejandro Espinosa Ayero (Artillería).
60. Capitán Ángel Lastra Barba (Artillería).
61. Capitán Enrique González Mateos (Infantería).
62. Brigada
Manuel González Pomares (Artillería).
63. Sargento Vicente Martín Verganza (Artillería).
64. Sargento Carlos Escudero Torres (Artillería).
65. Capitán José Antonio Rodríguez Moles (Artillería).
66. Teniente Jesús González Coca (Caballería).
67. Capitán José María Manrique García (Artillería).
68. Sargento Pedro Luis Sillero Franco (Artillería).
69. Brigada Antonio Del Cerro Almagro (Artillería).
70. Sargento Clemente Rubio de Haro (Artillería).
71. Sargento Manuel Tomás Fonticoba Grana (Artillería).
72. Sargento
Primero Pablo Santiago Rodríguez Ramos (Ingenieros).
73. Brigada José Manuel Guzmán Villaverde (Caballería).
74. Brigada Antonio Quesada l.ópez (Infantería).
75. Teniente Emilio Oliva Puerta (Artillería).
76. Capitán José Cuesta Núñez (Infantería).
77. Sargento Justo Olivares Chacón (Artillería).
78. Sargento
Primero Pablo Plaza Ruiz (Infantería).
79 Subteniente
Manuel Díaz López
(Ingenieros).
80. Teniente Joaquín Montero Fernández (Artillería).
81. Sargento Ángel Cantalejo García (Artillería).
82. Capitán Blas
Piñar
Gutiérrez (Infantería).
83. Brigada Francisco Calle Molinillo (Artillería).
84. Alferez Francisco Fernández
Fraile (Artillería).
85. Sargento
Primero Mesías Alcón Iglesias (Ingenieros).
86. Capitán Antonio Rejano Ruiz (Artillería).
87. Sargento Santiago Santamaría Arribas (Artillería).
88. Teniente Juan Manuel Santos Martín (Artillería).
89. Sargento
Primero Francisco
Jiménez
García (Especialista).
90. Brigada Marcelino Gil Borrego (Infantería).
91. Brigada Manuel Corral Rublo (Artillería).
92. Teniente Rafael Contreras Renedo (Oficinas Militares).
93. Capitán Jesús Fuentes Taboada (Artillería).
94. Sargento Jesús Ortiz Serrano (Artillería).
95. Sargento
Primero Antonio De la Peña Caballero (Ingenieros).
96. Brigada Carmelo Rastrojo Fernández (Infantería).
97. Teniente José Raúl Álvarez Pineda (Artillería).
98. Sargento Manuel Rafael Martín Hidalgo (Artillería).
99. Teniente Miguel Martínez García (Caballería).
100. Sargento Manuel Rodríguez Molina (Artillería).
El
Teniente general GUILLERMO QUINTANA LACACI, víctima de ETA en 1984, que ostentaba el mando de la Capitanía General
de la I Región Militar con sede en Madrid, previo dictamen del auditor designado para el
caso, impuso a 91 de los firmantes del denominado “manifiesto de los cien” arrestos militares por considerar que en la
actitud de todos ellos se podía apreciar una falta leve consistente en la “inexactitud en el cumplimiento de las
obligaciones reglamentarias” tipificada entonces en el artículo 443 del Código de Justicia Militar.
Los
arrestos militares fueron desde los 14 días a los 2 meses como pena máxima. El
Ministerio de Defensa no facilitó loa lista nominal de los sancionados, por
considerar que su publicación no resultaba ética. No obstante, fue
difundida por el diario “El Alcázar” y es la que se cita a
continuación:
Capitanes
1. Don José Antonio Rodríguez Moles,
2. Don Tomás Rivera Moreno,
3. Don Enrique Gregorio Sanricardo,
4. Don Pedro Arribas Olavarrie ta,
5. Don José Hierro Areitio,
6. Don José Cuesta Núñez,
7. Don César Ramón Colis Herce,
8. Don Ignacio de Madariaga Fernández
Figares,
9. Don Luis María del Vigo Vega,
10. Don José María Manrique García,
11. Don Alfonso Fernández de Córdoba,
12. Don César Goas Escribano,
13. Don Antonio Rejano Ruiz,
14. Don Jesús Fuentes Taboada,
15. Don Angel Lastra Barba y
16. Don José Ignacio San Martín Naya
Todos
ellos sancionados con la pena de dos meses de arresto militar; y,
17 Don Ricardo Fernández de Bobadilla y Álvarez
de Espejo, cuarenta y cinco días de arresto militar;
Tenientes.
1. Don Vicente Garvi Girón,
2. Don Emilio Oliva Puerta,
3. Don Joaquín Montero Flores,
4. Don Fernando Arsuaga García.
5. Don Juan Manuel Santos Martín,
6. Don Arturo García Vaquero,
7. Don Enrique José Porras Puga,
8. Don Jaime Fortuny Ruiz de Elvira,
9. Don Ramón Prats Ardilla,
10. Don Mariano Luis Tomé Delgado,
11. Don Jesús González Coca,
12. Don Ángel Lucas Babiano,
13. Don José Raúl Alvarez Pineda,
14. Don Luis Julián García Moreno Morán,
15. Don Fernando Jesús Fernández Baizán,
16. Don Fernando José López del Pozo,
17. Don Miguel Martínez García,
18. Don Francisco Aranda Vizcaíno y
19. Don Rafael Contreras Renedo.
Todos
ellos sancionados con la pena de dos meses de arresto militar; y,
20. Don Guillermo Tevar Sanz, cuarenta y
cinco días de arresto militar.
Alférez.
1. Don Francisco Fernández Freire, un mes de arresto militar;
Subteniente.
1. Don Manuel Díaz López, un mes de arresto militar;
Brigadas.
1. Don Francisco Javier Redondo Rodríguez,
2. Don Fernando Pozo Barbosa,
3. Don Antonio del Cerro Almagro,
4. Don Roberto Latorre Ibarrula,
5. Don Manuel Corral Rubio,
6. Don José María Pérez Orgaz,
7. Don Francisco Calle Molinillo,
8. Don Antonio Quesada López,
9. Don Carmelo Rastrojo Fernández,
10. Don Francisco Amador García Rodríguez,
11. Don Emilio
Gil García,
12. Don Esteban Niñedo Blanco,
13. Don José Luis Paco Pascua,
14. Don José Manuel Guzmán Villaverde
15. Don Marcelino Gil Borrego.
Todos
ellos sancionados con la pena de un mes de arresto militar.
Sargentos 1º.
1. Don Francisco Velasco Sánchez,
2. Don José Andrés Díaz Cuyar,
3. Don José Luis Tranches Guardia,
4. Don Pablo Plaza Ruiz,
5. Don Mesías Alcón Iglesias,
6. Don Antonio de la Peña Caballero y
7. Don Francisco Jiménez García.
Todos
ellos sancionados con la pena de un mes de arresto militar; y,
8. Don José Manuel Criado Fernández, catorce días de arresto
militar; y
9. Don
Pablo Santiago Rodríguez Ramos,
cuarenta y cinco días de arresto militar;
Sargentos.
1. Don
José
Marin García,
2. Don
Alfonso
Manzano Mota,
3. Don
Pedro
María Sánchez Ledo,
4. Don
Juan
Francisco Serrano Nieto,
5. Don
Antonio
Martín Solís,
6.
Don Ángel Cantalejo García,
7. Don
Jesús
Ortiz Serrano,
8. Don
Gonzalo
de Torres Pérez,
9. Don
Serafín
Soto Fuentes,
10.
Don Faustino Pastor Sánchez,
11. Don
Santos
Ariza Almagro,
12. Don
José
Alejandro Espinosa Alfaro,
13. Don
José
Reifs Walls,
14. Don
Antonio
Manuel Pereiro Castro,
15. Don
Joaquín
Rafael Córdoba Martín,
16. Don
Miguel
Alfonso Palazón Peñaranda,
17.
Don Carlos Escudero Torres,
18. Don
Justo
Olivares Chacón,
19. Don
Manuel
Tomás Fonticoba Grafia,
20. Don
Manuel
Rafael Martín Hidalgo,
21.
Don Clemente Rubio de Haro,
22.
Don Santiago Santamaría Arribas,
23. Don
Manuel
Rodríguez Molina,
24. Don
Vicente
Martín Berganza,
25. Don
Francisco
Fargán Soto y
26.
Don Ángel Moreno Ramos.
Todos
ellos sancionados con la pena de un mes de arresto militar; y,
27. Don Pedro Luis Sillero Franco, cuarenta y cinco días de arresto militar;
y,
28. Don Antonio Dios Ruiz, catorce días de arresto militar.
Además,
se incoó expediente judicial, acumulado al seguido por el designado Juez, el
Comandante Alfredo Baena Cazenave, que
afectó a los 9 firmantes restantes, 8 capitanes y un Brigada,
El
7 de diciembre el entonces Jefe del Estado Mayor del Ejército, General GABEIRAS
firmaba las respectivas Ordenes por las que se decretaba la situación de
disponible de todos ellos, tal como se publicó en el Diario Oficial del
Ejército del 10 de diciembre de 1981.
En
concreto, tales Ordenes afectaron a los capitanes que se relacionan entre los
cinco primeros de la siguiente lista; posteriormente otras tantas Ordenes de 16
de diciembre de 1981, publicadas en el Diario Oficial del Ejército de 17 de
diciembre, afectaron a los tres Capitanes restantes y al Brigada.
Rogelio González
Andradas, 33 años, (Regimiento Alcázar de Toledo, número 61). Fue destinado
al Regimiento de Infantería San Marcial
7, de Burgos.
Blas Piñar
Gutiérrez, 34
años, Infantería (1ª Zona Instrucción Militar Escala de
Complemento -IMEC, Gobierno Militar de Madrid). Fue trasladado
al Centro de Instrucción de Reclutas
(CIR) de Rabasa (Alicante).
Enrique González
Mateos,37 años, Infantería,
(Agrupación de Tropas del Cuartel General del Ejército). Fue
trasladado al Regimiento de Infantería
Guadalajara 20, con guarnición en Paterna, Valencia.
Juan Cañadas
Lorenzo, 38
años, Artillería, (Brigada Paracaidista). Fue trasladado
al Estado Mayor de la Capitanía General de la V Región Militar.
José Lorenzo
Esperante, 34
años, Artillería, (Regimiento de Artillería de Campaña número
11, de Vicálvaro). Fue trasladado al Regimiento de Artillería de Campaña 41, de Segovia,
Ignacio Gasca
Quintín, 40
años, Infantería, (1ª Zona de la IMEC). Fue
trasladado al Regimiento de Infantería
San Quintín 32, de Valladolid.
Eugenio Martín
Peralta, 29
años, Artillería, encabezaba la lista
de firmantes. Fue trasladado al Regimiento de
Artillería de Campaña 47, en Medina del Campo (Valladolid).
Francisco Mateo
Cruz, 40 años, (RACA número 11 de Vicálvaro); y,
Brigada
Manuel González Pomares, (Grupo de Artillería de la Brigada
Paracaidista, en Alcalá de Henares).
El
pase a la situación de disponible implicaba la pérdida del destino, con
repercusiones económicas. Asimismo, en ausencia de destino, según las
respectivas Ordenes, habrían de permanecer “en situación de arresto preventivo en sus domicilios, conforme a lo
previsto en el artículo 686 del código de Justicia Militar”.
A este grupo de 8 Capitanes y un Brigada se le
imputaba la comisión de una “falta grave”,
en contraste con el criterio mantenido para los 91 firmantes restantes.
Aquéllos, sometidos a expediente judicial; los segundos, sometidos a expediente
administrativo.
Afortunadamente, la Audiencia Nacional, en 1985,
repondría en sus destinos a los militares represaliados.
Este
blog se inicio, con periodicidad semanal, el pasado día 1 de abril del presente
año 2012, con una referencia a la “española banda de los cuatro”, integrada por
cuatro personajes a los que bien pudiera adjudicarse la fundación de la “Escuela
de la Alta Traición”.
Frente
a esa actitud, la de este grupo de militares y, en concreto, la figura del
Comandante ENRIQUE GONZALEZ MATEOS.
Conocí
al entonces Teniente GONZÁLEZ MATEOS
allá por octubre de 1973 en Móstoles, donde tenía su Centro de Instrucción de
Reclutas el Batallón de Tropas del Ministerio del Ejército (posteriormente,
Agrupación de Tropas).
Contrariamente
a lo que se afirma por algún foro, tildando de “facha” al Comandante GONZÁLEZ MATEOS, durante 3 meses de
Instrucción y 17 meses en Cibeles, jamás oí de su boca soflama alguna de la que
pudiera desprenderse una actitud política concreta evidente. Ni siquiera con el
atentado de CARRERO BLANCO, ni él ni
mando alguno se posicionaron políticamente.
Y
es que en ENRIQUE GONZALEZ MATEOS
destaca su integridad, propia de un Oficial
Prusiano que, al parecer, es el ejemplo de militar a imitar.
Integridad,
capacidad y dote de mando, graciable en el trato, expresión que se contenía en
el artículo 5º, Del Cabo, de las
Reales Ordenanzas Militares.de CARLOS
III.
Precisamente,
por esa integridad que le caracteriza, firmó el “Manifiesto de los Cien”, sabiendo que se jugaba su propia carrera
militar, que no su prestigio. Bien pudo haber eludido su firma y ascender en el
escalafón sin problema alguno, Bien pudo haber eludido su firma por el posible
miedo a las represalias. Bien pudo hacer tantas cosas que hizo, precisa y
contrariamente, lo que su integridad demandaba.
Su
familia puede estar orgullosa; al igual que sus amigos y compañeros.
De
bien nacidos es ser agradecido; y en mi casa me inculcaron a ser agradecido con
aquellos que me enseñaban algo. El amor a la Patria, el orden, la disciplina y
la camaradería o compañerismo, sí, pues fue compañero también de sus inferiores
en el mando, son, entre otras, las enseñanzas que recibí de él y por las que le
quedaré eternamente agradecido.
Ya
quisiera uno que todos fueran tan íntegros como ENRIQUE GONZALEZ MATEOS, todavía no se ha repuesto la afrenta de
eliminar la escultura del fundador de la Academia Militar de Zaragoza que allí
se erigía en su honor. El actual Jefe del Estado, en horas bajas como casi
siempre, que se formó parcialmente en aquella Academia debería mostrar esa
integridad y ordenar su reposición con carácter inmediato.
Sin
olvidar que, como Jefe de los Ejércitos, tiene a estos abandonados a su suerte,
al borde de la extinción. ¿Tenían razón los firmantes del “Manifiesto de los Cien”? La realidad demuestra que SÍ; fueron unos adelantados a su tiempo
El
ya ausente de la “española banda de los
cuatro”, el otrora camisa azul MANUEL
FRAGA llegó a afirmar: “El documento
de los militares es inadmisible en el fondo, en la forma y en la oportunidad”.
Afortunadamente, está criando malvas. Los polvos de la traicionera transición
trajeron estos lodos para una España en franca descomposición.
Vaya
desde aquí mi más sentido homenaje a ENRIQUE
GONZÁLEZ MATEOS.
¡A la orden de
Usted, mi Comandante!
Frente a la
traición, la integridad moral.