UNA GRAN OBRA

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Vista aérea del Valle de los Caídos

domingo, 24 de junio de 2012

SE CONSUMÓ EL LATROCINIO DEL DES-GOBIERNO DEL PP DE RAJOY (IV)

Para acabar con esta serie referida al medicamentazo en especial relación con los pensionistas, a los que se va a hacer pagar el coste de una crisis provocada única y exclusivamente por los políticos, conviene señalar algunos datos.

En primer lugar, conocidos los agentes que intervienen en el mercado farmacéutico, tanto en la fabricación, como en la distribución como en la dispensación, se analizan los distintos componentes que representan el precio final del medicamento; también debemos referirnos a los precios de los medicamentos en los principales países de la Unión Europea (UE).

En líneas generales, puede afirmarse que en el precio final del medicamento el componente principal es el de la fabricación, esto es, el precio de los laboratorios, que ha pasado de un 65,4 por ciento en el año 2000 a un 68,1 por ciento en el año 2009. En términos absolutos, el incremento supone un 4,1 por ciento.

Por el contrario, la distribución ha verificado una reducción, bajando del 6,9 por ciento al 5,2 por ciento en el mismo período anteriormente citado. Igualmente sucede con el componente de la dispensación u oficinas de farmacia, que ha visto reducida su participación en el mismo período, de un 27,7 por ciento a un 26,7 por ciento. En términos absolutos, las reducciones indicadas suponen, respectivamente, un 23,5 por ciento y un 3,8 por ciento.

Puede afirmarse que hasta el año 2003, los tres componentes experimentaron variaciones anuales en términos de crecimientos continuos y homogéneos. Es a partir de ese año cuando se verifica que la industria y las oficinas de farmacia ofrecen un crecimiento que oscila entre el 5 y el 7 por ciento, en tanto que se observa una reducción del componente de la distribución de un 3,4 por ciento en 2005 y del 6,5 en 2006, si bien vuelve a crecer y recuperar los niveles del 2004.

También puede afirmarse que en el período de referencia, esto es,  2000-2009, el componente que experimentó un mayor crecimiento fue el de los laboratorios o fabricación, representando un 98,4 por ciento; las oficinas de farmacia o dispensación, por su parte, experimentaron un crecimiento de un 83,3 por ciento, en tanto que el componente distribución experimentó un crecimiento de un 45,7 por ciento. Para el período 2007-2009, los crecimientos fueron, respectivamente, de un 14,1 por ciento, un 13 por ciento para dispensación y distribución, lo que implica, comparando ambos períodos, que el componente de fabricación arrojó un incremento del 7,9 por ciento por el total del período, pasando a un 6,5 para el período parcial; el componente distribución, a su vez, pasó del 7 por ciento al 5,7 y, el componente distribución, de un 4,4 por ciento al 5 por ciento, aproximadamente.

En relación con los precios  en los principales países de la UE, los informes refieren una tendencia bajista, esto es, una disminución del precio medio de los medicamentos; así, el Reino Unido presenta una reducción del 12,1 por ciento, Alemania un 3,2 por ciento; Holanda un 1 por ciento. En España la reducción ha sido del 0,1 por ciento. Francia, sin embargo ha experimentado un aumento de los precios de los medicamentos en torno al 0,6 por ciento, e Italia un 10,3 por ciento.

La evolución del gasto farmacéutico en España.

a)  En el sector público.

El gasto farmacéutico del sector público tiene dos componentes; uno, el gasto en medicamentos y productos sanitarios originado por su adquisición en las oficinas de farmacia y, por otra parte,  el gasto de la farmacia hospitalaria. En líneas generales, teniendo en cuenta ambos componentes, y siempre en relación con el período de referencia 2000-2009,  ha experimentado crecimientos continuos interanuales, entre el 5,8 por ciento y el 10,5 por ciento, a precios constantes, observándose un menor ritmo de crecimiento a partir del 2003

En 2009 el gasto farmacéutico ascendió a 16.500 millones de euros, frente a los 8.000 millones de euros del año 2000, lo que representa un incremento de más del 100 por ciento; si bien, a precios constantes, el crecimiento se puede situar en torno al 66 por ciento, pasando de 7.800 millones de euros del año 2000 a 12.700 millones de euros en 2009. A partir de 2007, tanto en precios corrientes como constantes, el crecimiento es ya bastante menor y la diferencia entre precios corrientes y precios constantes está cercana al 3 por ciento tan solo.

Respecto del primer componente, esto es, las recetas del Servicio Nacional de Salud, se ha pasado de 6.700 millones de euros del año 2000 a 12.600 millones de euros en 2009; a partir de 2003 se observa un crecimiento variable entre el 5 y el 7 por ciento. A precios constantes se ha pasado de 6.500 millones de euros del año 2000 a 9.700 millones de euros del año 2009, en una tendencia similar a la operada en precios corrientes. A partir de 2003, las variaciones de incrementos interanuales oscilan entre 2,7 y el 5,3 por ciento.

En relación con el segundo componente o gasto en farmacia hospitalario, se observa un crecimiento variable entre el 13 y el 18 por ciento en los primeros años y, a partir de 2006, el crecimiento es menor, con tasas de entre un 8 y un 9 por ciento. En el año 2000 el gasto en farmacia hospitalaria fue de 1.360 millones de euros, frente a los 3.910 millones de euros de 2009. A precios constantes, se ha mantenido una evolución continua durante todo el período, con tasa de crecimiento superiores al 5 por ciento, incluso por encima del 10 por ciento hasta el año 2005, pasando de 1.300 millones de euros en 2000 a 3.000 millones de euros en 2009, con una tendencia similar, también para este componente, a la operada a precios corrientes.

El gasto en recetas, para el período 2000-2009 ha representado un incremento del 87,5 por ciento, con una tasa de variación media anual del 7,2 por ciento; el gasto en farmacia hospitalaria se ha incrementado en dicho periodo en un 187,3 por ciento, con una tasa de variación media anual del 12,5 por ciento.

En todo caso, a partir de 2007 ya se evidencian crecimientos muy inferiores, situándose en torno al 6 por ciento en el caso del gasto en recetas, y del 8 por ciento en el caso de la farmacia hospitalaria.

b) El gasto farmacéutico en relación al PIB.

Durante el período 2000-2009, la participación del gasto farmacéutico en la formación del PIB ha venido manteniendo un crecimiento medio en torno al 2,6 por ciento. Por componentes, el gasto en recetas ha pasado de representar un 1,1 por ciento del PIB en 2000 a un 1,2 por ciento 2009, lo que supone un crecimiento acumulado en torno al 16 por ciento. Por su parte, el gasto en farmacia hospitalaria ha pasado de representar un 0,2 por ciento del PIB en 2000 a un 0,4 por ciento en 2009, con un crecimiento acumulado del  30 por ciento

c) El gasto farmacéutico en relación con el gasto sanitario.

Con un gasto sanitario de los más bajos de los países de la OCDE, la participación en dicho gasto del gasto farmacéutico total, esto es, comprendiendo los dos componentes, gasto en recetas y gasto en farmacia hospitalaria, ha pasado de un 24,5 por ciento en 2000 a un 24,1 en 2009; esto es, el gasto farmacéutico en relación con el gasto sanitario ha experimentado una reducción.

Por componentes, siempre en relación con el gasto sanitario, el gasto en recetas ha pasado del 20,4 en 2000 a  un 18,4 en 2009; el gasto en farmacia hospitalaria ha pasado de u 4,1 en 2000ª un 5,7 en 2009. Dato muy expresivo de la realidad sanitaria en España, observándose a partir de 2004 una desaceleración del gasto en recetas, frente a un ritmo de crecimiento algo elevado del gasto en farmacia sanitaria.

Por su parte, el gasto farmacéutico per cápita a precios corrientes presenta una cierta tendencia estabilizadora a partir de 2004; en 2001 la variación anual se situó en un 8,7 por ciento, en tanto que en 2009 fue del 4,4 por ciento. A precios constantes, el gasto farmacéutico per cápita presenta una mayor disminución entre 2004 y 2008.

Para el período de referencia, 2000-2009, el gasto farmacéutico per cápita tuvo un incremento de un 81,2% con una variación media anual del 6,9 por ciento. Por componentes, el gasto de farmacia hospitalaria supuso un incremento de 148,9 por ciento, en tanto que el gasto en recetas supuso un incremento del 67,8 por ciento, con tasas de variaciones medias anuales del 10,7 y 5,9 por ciento, respectivamente.

En estas cuatro entregas de la serie se ha querido ofrecer los datos, sin más. Queda el capítulo de las conclusiones para una próxima entrega.

jueves, 14 de junio de 2012

SE CONSUMÓ EL LATROCINIO DEL DES-GOBIERNO DEL PP DE RAJOY (III)

En una de las entradas anteriores, se decía que partiéramos del siguiente sofisma:

El gasto farmacéutico en España es elevado
Los pensionistas no pagan los fármacos
Luego, los pensionistas son los responsables del gasto farmacéutico.

La actual crisis económica por la que atraviesa España, imputable única y exclusivamente a la casta política, a todos los políticos sin excepción, obliga a adoptar medidas tendentes a la reducción del gasto público, por una parte y, de otra, a la mayor recaudación posible vía impuestos.

El PSOE, sus dirigentes, es el gran responsable de la quiebra técnica en que se encuentra España, como consecuencia del despilfarro continuado (cuando no la malversación y expolio) que ha caracterizado sus des-gobiernos en cualquiera de sus niveles, local, autonómico o estatal.

Además, tal responsabilidad se extiende a los políticos nacionalistas de cualquier signo y, por supuesto, a los políticos del Partido Popular en la medida que han gobernado en distintos ámbitos de la Administración.

Si en España funcionara la Justicia, la inmensa mayoría de los políticos debiera estar imputada por haber llevado a la ruina a nuestra Nación. Pero hablar de Justicia en pleno “Estado de desecho” es poco menos que una quimera.

Así las cosas, el des-gobierno del PP de RAJOY, incapaz de adoptar medidas que favorezcan el crecimiento económico, con la correspondiente creación de empleo, ha emprendido una política de ajustes que acabará, por ineficaz, en la quiebra total de España.

Para que haya crecimiento económico debe incentivarse el consumo interno; pero éste no se incentiva con el alto nivel de desempleo ni con las medidas adoptadas por el equipo económico del señor RAJOY, que vienen a minorar la liquidez de los ciudadanos en su doble cualidad de contribuyentes y consumidores, detrayendo  de sus bolsillos para afrontar el despilfarro, malversación y latrocinio que caracteriza el gasto público en España.

Y, ya puestos a sangrar aún más al ciudadano contribuyente y consumidor, qué menos que hacer recaer sobre ellos el “medicamentazo”, sobre la base del sofisma que encabeza la presente entrada.

La propaganda gubernamental trata de hacer creer que, tanto el gasto sanitario como el farmacéutico en España son elevados. No merecemos los españoles estos políticos mentirosos y golfos que juegan con el dinero ajeno, que vienen a servirse, que no a servir, que vienen a expoliar al ciudadano, mientras ellos siguen en el despilfarro y en la malversación.

LA GRAN MENTIRA DEL GASTO SANITARIO Y FARMACÉUTICO EN ESPAÑA.

La OCDE publicaba el pasado año 2011 un informe relativo a la salud en los países miembros y en particular referido a España.

Así, nos encontramos que en el año 2009, el gasto sanitario en relación con el PIB alcanzó un 9.5% en España, lo que viene a suponer un promedio similar al de los países de la OCDE.

Pero dicho dato es engañoso, porque la recesión que sufre España desde el año 2008, fundamentalmente a partir del segundo semestre, ha implicado la caída del PIB, por lo que no se puede afirmar con rigor que tal dato se corresponda con la realidad. Según el referido informe, el porcentaje del PIB dedicado a la salud en España aumentó en un punto porcentual entre 2007 y 2009, de 8,5% en 2007, a 9,0% en 2008 y 9,5% en 2009.

Lo cierto es que no se ha producido un aumento del gasto sanitario en relación con el PIB, sino una caída del propio PIB, que es lo que ha elevado el porcentaje del gasto sanitario.. Hay que insistir,  que no engañen, realmente no aumentó el gasto sanitario, sino que se redujo el PIB.

No obstante, a pesar de todo, España se encuentra, en términos de paridad,  por debajo del promedio de la OCDE en cuanto a gastos totales per cápita, con un gasto promedio de 3.067 dólares USA (USD)  en el 2009, mientras el promedio en la OCDE alcanzó 3.223 USD.



Cuadro 1.- Gasto sanitario en relación con el PIB, países OCDE 2009



Cuadro 2.- Gasto sanitario per cápita, público y privado, países de la OCDE, 2009

1. En los Países Bajos, no es posible distinguir entre los gastos públicos y los gastos privados relacionados con las inversiones
2. Los gastos totales no incluyen las inversiones. Fuente: Base de datos de la OCDE sobre la salud 2011, Junio 2011.


Según las fuentes consultadas, entre los años  2000 y 2009,  los fondos dedicados al gasto en salud per cápita, crecieron al 4.0% anual en términos reales, igual al promedio en los países de la OCDE. No obstante, con la crisis y la recesión económica, se observa en España una desaceleración en el gasto per cápita en salud en torno al 1,5 por ciento, implicando una fuerte reducción del gasto público en materia de salud, observándose dicho comportamiento en el gasto privado.

No conviene olvidar que España no es el único país que nutre con fondos públicos el sistema de salud; todos los países de la OCDE, con las excepciones de Chile, México y USA tienen al sector público como la principal fuente de fondos. La financiación pública de la salud, durante el año 2009 alcanzó un promedio del 71,7 por ciento en los países de la OCDE; en España alcanzó el 73,6 por ciento. Por encima de España, con más de un 80 por ciento de financiación pública hay que citar: Reino Unido, Japón y los países nórdicos, esto es, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia.

El origen del presunto elevado gasto sanitario y farmacéutico es doble.

Con la llegada al poder del PSOE allá por el año 1982, los socialistas, como siempre, jugando con el dinero ajeno, con el dinero del contribuyente, establecieron el sistema de “sanidad gratis para todos”.

En el año 2000, bajo el gobierno de AZNAR se promulgó la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. El denominado “efecto llamada” quedó consagrado con esta repugnante norma. El sistema de “sanidad gratis para todos” pasaba a ser un sistema de “sanidad gratis para todos con carácter universal”.

Es, precisamente, a partir del año 2000 cuando los gastos sanitario y farmacéutico comienzan a dispararse.

En el ámbito del gasto farmacéutico estricto, hay que atender a ciertas  consideraciones previas.

Los agentes que intervienen en la oferta de medicamentos son: a) Productores, que son la industria y los laboratorios; b) Distribuidores; y, c) Oficinas de farmacia.

La demanda de medicamentos se canaliza a través de: a) Ministerio de Sanidad; y, b) Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas y tiene como demandantes a los servicios de salud; a los servicios médicos, que son los que prescriben los medicamentos; y, por supuesto, al usuario final. En realidad, es la Dirección General de Farmacia la que decide sobre las condiciones de financiación y prescripción en el ámbito del sistema nacional o público de salud, correspondiendo a las Comunidades Autónomas la potestad controladora de la prescripción.

Las normas establecen las potestades de la Administración en el ámbito farmacéutico; así, el Estado tiene las potestades de evaluación, autorización y registro de medicamentos; las de inspección, vigilancia y control de los mismos; y, la de análisis económico. Además, tiene el Estado la potestad de fijar los precios, determinando los conjuntos y precios de referencia, incluyendo dicha potestad la de fijar los márgenes comerciales de distribuidores y oficinas de farmacia; la de incluir o excluir medicamentos de la financiación pública; y, la de establecer las aportaciones que han de realizar los usuarios finales, entre otras.

En nuestro país la mayor parte de los medicamentos se financian total o parcialmente por el sistema público de salud y, en los últimos años se ha observado que la mayor parte de los nuevos medicamentos se comercializan a precios más elevados en algunas áreas terapéuticas, lo que supone una causa añadida favorecedora del incremento del gasto farmacéutico dentro del presupuesto sanitario.

Pero, ¿cómo se establece el precio de los medicamentos?

Es el gobierno quien, a través de la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos (CIPM),  fija los precios industriales de los medicamentos, de conformidad con lo establecido en el Real Decreto 271/1990, de 23 de febrero, de reorganización de la intervención de los precios de las especialidades farmacéuticas de uso humano.

El precio se establece en función de varios  componentes;  se  fija atendiendo a: a) coste de investigación y desarrollo tecnológico; b) beneficio empresarial;  y,  c) promoción y publicidad. El gobierno, a través de su Ministerio de Sanidad establece el precio de venta al público (PVP) de los medicamentos en tanto que, por una parte, fija el precio de venta del laboratorio y, por otra,  regula los conceptos de comercialización añadidos, esto es, la distribución y dispensación de los mismos. Precisamente, el Real Decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público,  confiere a la CIPM, la facultad de fijar las cuantías económicas correspondientes a estos dos últimos conceptos, distribución y dispensación, estableciendo, en su caso, las deducciones aplicables a la facturación de los mismos con cargo al sistema nacional de salud. Es a la CIPM a la que corresponde, en definitiva, fijar de forma motivada, los precios industriales máximos de los medicamentes que hayan de incluirse entre las prestaciones farmacéuticas del sistema nacional de salud.

(Continuará…)