UNA GRAN OBRA

UNA GRAN OBRA
Vista aérea del Valle de los Caídos

jueves, 14 de junio de 2012

SE CONSUMÓ EL LATROCINIO DEL DES-GOBIERNO DEL PP DE RAJOY (III)

En una de las entradas anteriores, se decía que partiéramos del siguiente sofisma:

El gasto farmacéutico en España es elevado
Los pensionistas no pagan los fármacos
Luego, los pensionistas son los responsables del gasto farmacéutico.

La actual crisis económica por la que atraviesa España, imputable única y exclusivamente a la casta política, a todos los políticos sin excepción, obliga a adoptar medidas tendentes a la reducción del gasto público, por una parte y, de otra, a la mayor recaudación posible vía impuestos.

El PSOE, sus dirigentes, es el gran responsable de la quiebra técnica en que se encuentra España, como consecuencia del despilfarro continuado (cuando no la malversación y expolio) que ha caracterizado sus des-gobiernos en cualquiera de sus niveles, local, autonómico o estatal.

Además, tal responsabilidad se extiende a los políticos nacionalistas de cualquier signo y, por supuesto, a los políticos del Partido Popular en la medida que han gobernado en distintos ámbitos de la Administración.

Si en España funcionara la Justicia, la inmensa mayoría de los políticos debiera estar imputada por haber llevado a la ruina a nuestra Nación. Pero hablar de Justicia en pleno “Estado de desecho” es poco menos que una quimera.

Así las cosas, el des-gobierno del PP de RAJOY, incapaz de adoptar medidas que favorezcan el crecimiento económico, con la correspondiente creación de empleo, ha emprendido una política de ajustes que acabará, por ineficaz, en la quiebra total de España.

Para que haya crecimiento económico debe incentivarse el consumo interno; pero éste no se incentiva con el alto nivel de desempleo ni con las medidas adoptadas por el equipo económico del señor RAJOY, que vienen a minorar la liquidez de los ciudadanos en su doble cualidad de contribuyentes y consumidores, detrayendo  de sus bolsillos para afrontar el despilfarro, malversación y latrocinio que caracteriza el gasto público en España.

Y, ya puestos a sangrar aún más al ciudadano contribuyente y consumidor, qué menos que hacer recaer sobre ellos el “medicamentazo”, sobre la base del sofisma que encabeza la presente entrada.

La propaganda gubernamental trata de hacer creer que, tanto el gasto sanitario como el farmacéutico en España son elevados. No merecemos los españoles estos políticos mentirosos y golfos que juegan con el dinero ajeno, que vienen a servirse, que no a servir, que vienen a expoliar al ciudadano, mientras ellos siguen en el despilfarro y en la malversación.

LA GRAN MENTIRA DEL GASTO SANITARIO Y FARMACÉUTICO EN ESPAÑA.

La OCDE publicaba el pasado año 2011 un informe relativo a la salud en los países miembros y en particular referido a España.

Así, nos encontramos que en el año 2009, el gasto sanitario en relación con el PIB alcanzó un 9.5% en España, lo que viene a suponer un promedio similar al de los países de la OCDE.

Pero dicho dato es engañoso, porque la recesión que sufre España desde el año 2008, fundamentalmente a partir del segundo semestre, ha implicado la caída del PIB, por lo que no se puede afirmar con rigor que tal dato se corresponda con la realidad. Según el referido informe, el porcentaje del PIB dedicado a la salud en España aumentó en un punto porcentual entre 2007 y 2009, de 8,5% en 2007, a 9,0% en 2008 y 9,5% en 2009.

Lo cierto es que no se ha producido un aumento del gasto sanitario en relación con el PIB, sino una caída del propio PIB, que es lo que ha elevado el porcentaje del gasto sanitario.. Hay que insistir,  que no engañen, realmente no aumentó el gasto sanitario, sino que se redujo el PIB.

No obstante, a pesar de todo, España se encuentra, en términos de paridad,  por debajo del promedio de la OCDE en cuanto a gastos totales per cápita, con un gasto promedio de 3.067 dólares USA (USD)  en el 2009, mientras el promedio en la OCDE alcanzó 3.223 USD.



Cuadro 1.- Gasto sanitario en relación con el PIB, países OCDE 2009



Cuadro 2.- Gasto sanitario per cápita, público y privado, países de la OCDE, 2009

1. En los Países Bajos, no es posible distinguir entre los gastos públicos y los gastos privados relacionados con las inversiones
2. Los gastos totales no incluyen las inversiones. Fuente: Base de datos de la OCDE sobre la salud 2011, Junio 2011.


Según las fuentes consultadas, entre los años  2000 y 2009,  los fondos dedicados al gasto en salud per cápita, crecieron al 4.0% anual en términos reales, igual al promedio en los países de la OCDE. No obstante, con la crisis y la recesión económica, se observa en España una desaceleración en el gasto per cápita en salud en torno al 1,5 por ciento, implicando una fuerte reducción del gasto público en materia de salud, observándose dicho comportamiento en el gasto privado.

No conviene olvidar que España no es el único país que nutre con fondos públicos el sistema de salud; todos los países de la OCDE, con las excepciones de Chile, México y USA tienen al sector público como la principal fuente de fondos. La financiación pública de la salud, durante el año 2009 alcanzó un promedio del 71,7 por ciento en los países de la OCDE; en España alcanzó el 73,6 por ciento. Por encima de España, con más de un 80 por ciento de financiación pública hay que citar: Reino Unido, Japón y los países nórdicos, esto es, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia.

El origen del presunto elevado gasto sanitario y farmacéutico es doble.

Con la llegada al poder del PSOE allá por el año 1982, los socialistas, como siempre, jugando con el dinero ajeno, con el dinero del contribuyente, establecieron el sistema de “sanidad gratis para todos”.

En el año 2000, bajo el gobierno de AZNAR se promulgó la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. El denominado “efecto llamada” quedó consagrado con esta repugnante norma. El sistema de “sanidad gratis para todos” pasaba a ser un sistema de “sanidad gratis para todos con carácter universal”.

Es, precisamente, a partir del año 2000 cuando los gastos sanitario y farmacéutico comienzan a dispararse.

En el ámbito del gasto farmacéutico estricto, hay que atender a ciertas  consideraciones previas.

Los agentes que intervienen en la oferta de medicamentos son: a) Productores, que son la industria y los laboratorios; b) Distribuidores; y, c) Oficinas de farmacia.

La demanda de medicamentos se canaliza a través de: a) Ministerio de Sanidad; y, b) Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas y tiene como demandantes a los servicios de salud; a los servicios médicos, que son los que prescriben los medicamentos; y, por supuesto, al usuario final. En realidad, es la Dirección General de Farmacia la que decide sobre las condiciones de financiación y prescripción en el ámbito del sistema nacional o público de salud, correspondiendo a las Comunidades Autónomas la potestad controladora de la prescripción.

Las normas establecen las potestades de la Administración en el ámbito farmacéutico; así, el Estado tiene las potestades de evaluación, autorización y registro de medicamentos; las de inspección, vigilancia y control de los mismos; y, la de análisis económico. Además, tiene el Estado la potestad de fijar los precios, determinando los conjuntos y precios de referencia, incluyendo dicha potestad la de fijar los márgenes comerciales de distribuidores y oficinas de farmacia; la de incluir o excluir medicamentos de la financiación pública; y, la de establecer las aportaciones que han de realizar los usuarios finales, entre otras.

En nuestro país la mayor parte de los medicamentos se financian total o parcialmente por el sistema público de salud y, en los últimos años se ha observado que la mayor parte de los nuevos medicamentos se comercializan a precios más elevados en algunas áreas terapéuticas, lo que supone una causa añadida favorecedora del incremento del gasto farmacéutico dentro del presupuesto sanitario.

Pero, ¿cómo se establece el precio de los medicamentos?

Es el gobierno quien, a través de la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos (CIPM),  fija los precios industriales de los medicamentos, de conformidad con lo establecido en el Real Decreto 271/1990, de 23 de febrero, de reorganización de la intervención de los precios de las especialidades farmacéuticas de uso humano.

El precio se establece en función de varios  componentes;  se  fija atendiendo a: a) coste de investigación y desarrollo tecnológico; b) beneficio empresarial;  y,  c) promoción y publicidad. El gobierno, a través de su Ministerio de Sanidad establece el precio de venta al público (PVP) de los medicamentos en tanto que, por una parte, fija el precio de venta del laboratorio y, por otra,  regula los conceptos de comercialización añadidos, esto es, la distribución y dispensación de los mismos. Precisamente, el Real Decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público,  confiere a la CIPM, la facultad de fijar las cuantías económicas correspondientes a estos dos últimos conceptos, distribución y dispensación, estableciendo, en su caso, las deducciones aplicables a la facturación de los mismos con cargo al sistema nacional de salud. Es a la CIPM a la que corresponde, en definitiva, fijar de forma motivada, los precios industriales máximos de los medicamentes que hayan de incluirse entre las prestaciones farmacéuticas del sistema nacional de salud.

(Continuará…)

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